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sábado, 28 de enero de 2012

Vacaciones

No me gusta el calor de las vacaciones, y tampoco el aire acondicionado.
No me gustan las vacaciones por los planes de quedar con amigos, ideados en los meses anteriores, que no se realizan.
No me gustan las vacaciones por la obligación de visitar sitios desconocidos, que cuando se recorren, obligan a pensar cuán bonitos serán en otros meses.
No me gustan las vacaciones porque me condicionan: ir a buscar un libro y que la librería/biblioteca esté cerrada; planear los viajes dependiendo de cuándo decida el resto de la población hacerlo; no poder ir a comprar pescado a mi comercio habitual….
No me gustan las vacaciones porque al no poner el despertador, tengo la sensación de haber perdido horas provechosas.
No me gustan las vacaciones porque los amores de verano son irreales.
No me gustan las vacaciones porque los periódicos pierden contenidos.
No me gustan las vacaciones porque dejo de ver a personas desconocidas, pero cotidianas.
No me gustan las vacaciones porque lo que hacía 10 años antes, ahora ha perdido el sentido.


Pero me gustan las vacaciones porque, sin quererlo, algo me aportan: amigos con los que quedar en invierno, lugares para volver a visitar, libros que leer en noches frías, reflexiones sobre uno mismo…y valorar lo que temporalmente había perdido.

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